Berlín como el epicentro de la vanguardia europea del siglo
XX. La Genialle diletanten y la Neue Deutsche Welle. Inspiración y
escenario de, por ejemplo, el Bowie
más arriesgado. Algo de aquel escenario y su impronta modernista no puede dejar
de ejercer un influjo directo en la creación de artistas extranjeros que
habitan tierras germanas. Es el caso de Nick Cave o Edvard Munch, por nombrar algunos ejemplos. Sin embargo, Mueran
Humanos, el dúo conformado por Carmen Burguess y Tomás Nochteff, no parecen dar crédito a tales especulaciones. El sonido del grupo argentino, que reside
en Alemania desde 2008, sería muy probablemente el mismo en cualquier parte del planeta. O al menos eso
es lo que sugiere la obra precedente del grupo. Ambos
músicos, por separado, fueron parte de proyectos relacionados con la escena post punk under de Buenos Aires: ella aportando teclados en “Mujercitas Terror”, y él tocando
el bajo en “Dios”.
Dos años después
de su más reciente Ep “El círculo” (2013), y cuatro desde su disco debut, Mueran
Humanos lanzaron a finales del 2015 “Miseress”,
primer trabajo discográfico bajo el sello ATP
recordings; casa que aglutina a bandas como Fuck Bottoms, Deerhoof y
Bardo Pond.
El post punk y los sonidos post industriales son una marca indeleble en el dúo argentino, quienes en el 2011 sorprendieron con un primer disco articulado entre el punk y el synth wave minimalista. Tras un par de años rebotando entre sellos indies y publicando EPs por doquier, la banda decide formalizar la idea de un nuevo disco por primera vez desde el 2013. Apoyados hasta entonces por un sonido mucho menos orgánico, basado en máquinas de ritmo de gama baja y un sonido filoso de herencia post punk, era palpable la necesidad de actualizar el equipamiento de la banda al momento de encarar el registro de un nuevo álbum. En ese sentido, los sintetizadores y las máquinas de ritmo de construcción analógica son fundamentales en la densidad sonora y la consistencia global de éste disco.
El post punk y los sonidos post industriales son una marca indeleble en el dúo argentino, quienes en el 2011 sorprendieron con un primer disco articulado entre el punk y el synth wave minimalista. Tras un par de años rebotando entre sellos indies y publicando EPs por doquier, la banda decide formalizar la idea de un nuevo disco por primera vez desde el 2013. Apoyados hasta entonces por un sonido mucho menos orgánico, basado en máquinas de ritmo de gama baja y un sonido filoso de herencia post punk, era palpable la necesidad de actualizar el equipamiento de la banda al momento de encarar el registro de un nuevo álbum. En ese sentido, los sintetizadores y las máquinas de ritmo de construcción analógica son fundamentales en la densidad sonora y la consistencia global de éste disco.
Ante todo, “Miseress”
es un álbum regido por principios estéticos. Incluso en sus momentos más
turbios e hipnóticos (“Espejo de la nada”,
“El círculo”), la perfección
analógica y la pulcritud relucen en cada track,
por encima del contenido subversivo y psicótico de su discurso. En todo caso,
si hay un elemento de subversión en este disco, tiene más relación con la
elección de sus afluentes musicales,
antes que con su contenido lírico. Si el sonido de Mueran Humanos, apoyado siempre
en el uso de synths y bajos crudos, pretendía antes una estética post punk
brutalista, ahora el giro apunta hacia la
repetición hipnótica y las texturas futuristas del krautrock (“Mi auto”, “La Torre de la Hora”)
El dúo argentino ya había probado antes con la formula post
punk/kraut/industrial. Pero quizás la ausencia de una guitarra, o de algún
elemento de cohesión entre la frialdad instrumental y la lírica paranoica, reafirmaba
más la crudeza minimalista de su sonido. En cambio, Miseress cuenta con el apoyo de Jochen Arbeit, miembro de Einsturzende
Neubauten. Arbeit aplica texturas y una bien calculada dosis de ruido con
la guitarra en distintos temas del disco. En “Un Lugar Ideal”, por ejemplo, es difícil distinguir si la
distorsión proviene de una guitarra o de un sintetizador averiado. Aquella
mixtura de ruidos deformes puede apreciarse también en “La torre de la hora”. Un laboratorio de experimentación sonora
apocalíptico que conecta con la fúnebre “Epilog”.
En cambio, la propulsión de “Mi auto”,
casi un pequeño tratado de Kosmische Musik, explota con una distorsión
machacante y riffs de estirpe heavy.
En su tiempo, Neubauten,
al igual que Mueran Humanos, invitaban
a la subversión a través de un lenguaje netamente centrado en lo musical
(diferenciándose en ese aspecto de, por ejemplo, Throbbing Gristle, quienes sí tenían una agenda política explícita)
En Mueran Humanos las letras tocan
elementos oscuros de la psicología humana (“Espejo de la nada”, “Guerrero
de la gloria negativa”), o hacen referencia a filmes de culto como la francesa
“The Nun” (“El vino de las orgias”) pero, en realidad, lo que prevalece es la
luz por encima de la sombra. “Miseress”
el tema que da nombre al disco, abre con
un resplandor insólito, apoyándose en sintetizadores arpegiados y texturas
cristalinas. La voz susurrada de Carmen Burguess
otorga un equilibrio de matices que van desde el oscuro más opresivo, hasta la luz pálida y fría de un velo
fúnebre.
Para una banda, no hay mejor recompensa que ser reconocido
por sus propios mentores. Algo que, a estas alturas, suponemos, no despierta
mayor sorpresa en el dúo porteño, pues compartir escenario con artistas
de la talla de Martin Rev o Michael Rother de Neu!, o sacar singles en el mismo sello que publica a Psychic TV o Einsturzende Neubauten, es casi una práctica habitual en la agenda
de Mueran Humanos; pero no es algo de lo que cualquier banda latinoamericana
pueda jactarse.
Este disco, muy al margen de ser un equilibrio entre
luces y sombras, es algo así como una declaración de principios. Principios erigidos
por la búsqueda de una estética brutal y pulcra al mismo tiempo. El dúo ha sido
capaz de evolucionar su búsqueda en un periodo de tiempo relativamente corto, y
ha demostrado que las fronteras, en asuntos musicales, son siempre imaginarias.